Fobia Social o Trastorno de Ansiedad Social

Nos pasa a todos?

La ansiedad social es una parte integrante de la personalidad normal (Portela).

Los seres humanos estamos programados para observar con atención las caras  de las otras personas y distinguir en ellas las  expresiones amenazantes o despectivas dirigidas hacia nosotros (Seligman). Esta es una de las estrategias de supervivencia y de ajuste a una sociedad organizada jerárquicamente, donde las interacciones están signadas por complejas relaciones de poder.

Cuando esta ansiedad es moderada, el miedo a las interacciones  sociales que puedan dejarnos “mal parados”,  suscitar  una  crítica negativa  o vernos expuestos a una situación vergonzante,  puede:

• Mejorar la atención en las situaciones sociales
• Inhibir el comportamiento agresivo o inapropiado
• Motivarnos para preparar adecuadamente futuras interacciones sociales

Todo esto redunda en una mejor adaptación personal al medio social, y a un ordenamiento y regulación del mismo.

Estamos  en presencia de  un trastorno de Fobia social si la preocupación por cómo uno es percibido se acompaña de:

• Ansiedad anticipatoria: predicciones acerca de lo mal que lo vamos a pasar si vamos a esa reunión, o cuando tememos llegar al trabajo y encontrarnos con los compañeros
• Síntomas cognitivos:

*Creencias acerca de que lo que digamos o hagamos será incorrecto,

*Seguridad de que nos vamos a sentir incómodos, observados, criticados, o peor aún, que vamos a ser objeto de burlas

*Temor a no conseguir o a perder el afecto, el respeto o la consideración de los otros,

*Recordar y repasar una y otra vez conversaciones pasadas analizándolas exhaustivamente

*Necesidad imperiosa de evitar la exposición o a huír si ya estamos en una situación social.

*Percepción clara acerca de lo exagerado de nuestras reacciones;  la certeza de ser peor, y de sentir de un modo distinto al resto de la gente, a quienes vemos despreocupados, tranquilos, seguros de sí mismos en toda ocasión.

• Síntomas somáticos:  rubor, taquicardia, sudoración intensa, temblor, voz temblorosa, entrecortada o inaudible, síntomas gastrointestinales, mareos.
• Conductas de reaseguro: ir acompañado, sentarse cerca de la puerta de salida, tener preparadas excusas  para salir o para justificar el rubor o la sudoración profusa, ensayar temas de conversación, evitar comer o tomar, o bien tomar alcohol para lograr la desinhibición.
• Evitación de situaciones sociales.

El tratamiento psicológico de tipo  cognitivo-conductual realizado por especialistas ha demostrado ser el más efectivo en la fobia social. Se basa en la modificación de aquellos factores psicológicos que contribuyen a la formación y mantenimiento del trastorno.