LAS EMOCIONES Y LA PANDEMIA

Afuera acecha el peligro. Para nosotros, para nuestros seres queridos. Escuchamos todos los días el parte de la guerra contra el enemigo invisible, donde nos dicen cuántos cayeron en sus garras y cuántos perecieron.

Todo es incertidumbre. No sabemos cuánto durará esta lucha y cuántos de los nuestros sobrevivirán. Aún no disponemos de armas para luchar contra el enemigo, y no sabemos ni cuándo las tendremos, ni si las obtendremos alguna vez. No sabemos cómo será el mundo después de esta lucha de la cual no existen precedentes. Mientras tanto estamos encerrados, limitados en nuestra libertad y hasta en la expresión de los afectos.

Y las emociones nos invaden, implacables. Nos inundan, y aunque tratamos de contenerlas y dominarlas, a veces sentimos que nuestro esfuerzo es infructuoso, como si tratáramos de frenar el embate de las olas con una escoba.

Algunas personas, frente a este cúmulo de pensamientos, miedos y sensaciones nuevas encuentran cómo afrontarlas de un modo satisfactorio, encontrando en sí mismos las capacidades para hacerlo. Otros, en cambio, se sienten inermes ante esa oleadas de emociones, y creen que no disponen de las herramientas necesarias para manejarlas. Es en estos casos en los que la terapia cognitiva conductual puede ayudar a descubrir y a desarrollar las capacidades que cada uno posee para enfrentar esta situación que a todos nos toca vivir.