Pensamientos Negativos

“Mi vida está llena de desgracias, muchas de las cuales jamás sucedieron” Descartes

Todos los seres vivos, incluso los animales, sienten miedo cuando se enfrentan a situaciones peligrosas. Pero el hombre es el único ser capaz de imaginar posibles hechos futuros. Esto supone una innegable ventaja evolutiva desde el punto de vista de la supervivencia, ya que nos permite prever potenciales peligros y tomar las medidas necesarias para enfrentarlos.

Pero algunas personas suelen esperar desenlaces trágicos con demasiada frecuencia, lo que hace que vivan angustiados por hechos que nunca sucederán: un lunar es un cáncer, la tardanza de un hijo significa que tuvo un accidente, el avión en el que va a viajar se va a estrellar; etc.

Estos pensamientos catastróficos poseen varias características:

• Son automáticos, se producen sin ser buscados conscientemente.

• Son siempre negativos, por lo que generan ansiedad y angustia.

• Son persistentes, es muy difícil para la persona sacarlos de su cabeza.

• Aunque sean improbables y hasta imposibles, a medida que estos pensamientos se repiten resulta cada vez más creíbles y más probables (probabilidad subjetiva).

• Tienen un nivel de certeza indudable, y el hecho de que luego nada suceda no impide que la próxima vez piense “esta vez sí va a pasar”.

• La ansiedad y angustia generan estrés, lo que produce cambios en la fisiología y pueden con el tiempo producir daños en la salud.

• Una de las condiciones necesarias para que aparezcan es una predisposición genética.

Para modificar estos pensamientos automáticos negativos catastróficos y mejorar la calidad de vida es necesario un tratamiento integral que corrija tanto los aspectos neuroquímicos y hormonales como los psicológicos, a través de una terapia cognitivo conductual especializada.